20 años de ASIMO: cómo el robot de Honda revolucionó la robótica humanoide
33.263.219 pasos y 7.907 kilómetros en 20 años. Es la distancia total que ha recorrido ASIMO, el popular robot humanoide de Honda, desde que comenzara a caminar en el año 2000. El emblema tecnológico de la marca acaba de cumplir 20 años, y para celebrarlo la compañía ha publicado un vídeo que repasa su historia, sus viajes y sus logros.
El robot del siglo
Podría decirse que ASIMO nació con el siglo XXI. Aunque sus orígenes se remontan al año 1986, cuando los primeros robots de Honda eran unas piernas que trataban de simular el andar de un humano, para poder desarrollar sistemas de asistencia a personas dependientes o substituir a los humanos en labores peligrosas.
Con el cambio de siglo, Honda sorprendió al mundo con un robot que suponía toda una revolución tecnológica en el mundo de la robótica humanoide. Por primera vez, un robot bípedo, de dimensiones y formas humanas, era capaz de mantener perfectamente el equilibrio al caminar y hasta podía subir y bajar escaleras. Este increíble avance, que simulaba a la perfección y de forma artificial el sistema de equilibrio de las personas, lo convirtió en el primer robot humanoide del mundo capaz de interactuar autónomamente en un entorno humano.
Movilidad e inteligencia
La última versión del simpático robot, suma de los avances de Honda en tecnologías robóticas desde 1986, se presentó en Europa en 2014. Con una altura de 1,3 metros y 50 kilos de peso, ya corre a 9 km/h, y es capaz de caminar por pendientes irregulares y subir escaleras sin problemas.
Gracias a los niveles alcanzados en términos de movilidad, velocidad y estabilidad, y a su nivel avanzado de inteligencia artificial, el último ASIMO cuenta con un mayor reconocimiento de su entorno y capacidad de reacción. No sólo camina y corre, también puede saltar, chutar un balón, caminar a la pata coja, servir un café e incluso bailar. ¡Y eso sólo a nivel físico! Gracias a los avances en inteligencia artificial, ASIMO puede reconocer sonidos y voces, rostros y gestos, así como recibir órdenes simples.